Sandra, una apasionada por compartir el Evangelio, ha estado aprendiendo valiosas lecciones sobre cómo hablar con la gente acerca de Jesús. A medida que da pasos de fe en cada interacción, ha descubierto que tener en cuenta ocho principios clave transforma sus conversaciones.
Sandra ha descubierto que su disposición para hablar de Dios con los demás es inútil si no ha pedido primero Su bendición en sus conversaciones. La oración es la fuente de nuestro valor y discernimiento. Es el combustible que enciende el coraje cuando las palabras parecen escasas o el temor se asoma.
Del mismo modo que Sandra sabe que solo puede describir a los miembros de su familia a los demás porque los conoce íntimamente, también descubrió que solo puede describir a Jesús a los demás si pasa un tiempo regular en oración y en Su Palabra. Una fe robusta, alimentada por la relación personal con Cristo, es el testimonio más poderoso. Es de la abundancia del corazón que habla la boca.
En sus inicios, Sandra observó cómo otros la invitaban a tomar un café y le hacían preguntas genuinas, escuchando atentamente sus respuestas. Esas conversaciones se centraban en Dios sin imponerle cómo debía creer. Sandra fue desafiada a replicar esto con personas en su vida, como compañeros de trabajo, compañeros de cuarto y amigos.
Algunas buenas preguntas con las que Sandra comienza son:
Estas preguntas hacen que las personas piensen en lo que creen y por qué, y a menudo conducen a interesantes y reveladoras conversaciones espirituales.
Sandra observó el beneficio de investigar los sentimientos de las personas sobre sus creencias. En una conversación con su compañera de cuarto, quien se declaraba atea por preferir no creer en algo incierto, Sandra le preguntó cómo se sentía al respecto. Sorprendentemente, su compañera de cuarto admitió envidiar la fe de Sandra.
Conectar a nivel emocional construye puentes donde la lógica sola podría erigir muros. Es a través de la empatía que el amor de Cristo se hace tangible.
Sandra ha descubierto que los cuestionarios simples o las encuestas fotográficas son extremadamente efectivos para iniciar conversaciones espirituales con personas que no conoce. Estos recursos, a menudo disponibles a través de Cru, rompen las barreras de conversación, proporcionan un material de diálogo fácil y a menudo sirven como un puente natural hacia la presentación del evangelio. Son herramientas prácticas que facilitan los primeros pasos.
Escucha más de lo que hablas, enfatiza Sandra. Permite a la otra persona la libertad de expresar sus sentimientos, incluso si es enojo o resentimiento hacia Dios. En el momento en que comienzas a decirles cómo deben sentirse, o a sermonearlos, es el momento en que la conversación morirá. La verdadera influencia se construye sobre la confianza y el respeto, no sobre la imposición.
"El cristianismo no es algo de lo que avergonzarse, y mucha gente lo es", señala Sandra. Recordar cómo Jesús ha cambiado su propia vida y cómo Él quiere transformar la vida de los demás le da poder a Sandra para hablar del evangelio con valentía y convicción. Nuestra confianza no reside en nuestra elocuencia, sino en el poder del mensaje de Cristo.
Sandra sabe que el trabajo que ha comenzado, el Señor lo completará. Dios le ha recordado que Él será el que trabaje en el corazón de esa persona mucho después de que ella los haya dejado. Siempre trata de terminar con una buena nota, con gracia y un espíritu de paz, para que si la persona quiere volver a visitar la conversación más tarde, se sienta cómoda y bienvenida para hacerlo. Se trata de sembrar semillas, no de cosechar inmediatamente.
Los pasos de fe de Sandra la han ayudado a superar sus miedos y a entusiasmarse por iniciar conversaciones espirituales, confiando en el poder de Dios y la guía del Espíritu Santo en cada interacción. ¡Que su experiencia te inspire a ti también!
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