Aparte su ego del camino. Y la manera de hacerlo es por la gracia de Dios, con la presencia de Cristo en tu vida. No hay ningún amor mayor que estar dispuesto a dar su vida por un amigo. Si lo verbalizas, necesitas ponerlo en marcha.
La comunicación es el oxígeno del matrimonio. Más allá de las tareas diarias, hagan un esfuerzo consciente por compartir sus corazones. Esto significa preguntar no solo "qué hiciste hoy", sino "cómo te sentiste hoy" y "qué hay en tu mente". Establezcan un tiempo específico, aunque sea corto, para hablar sin interrupciones. Puede ser durante la cena, antes de dormir o en un paseo. La clave es la intencionalidad y la escucha activa, dándole a tu cónyuge tu atención plena.
La oración es el ancla que mantiene nuestro matrimonio firme en medio de las tormentas. Orar individualmente nos mantiene conectados con Dios, permitiendo que Él moldee nuestro carácter y nos dé sabiduría para amar a nuestro cónyuge. Orar juntos nos une en propósito, nos hace vulnerables el uno frente al otro y nos recuerda que dependemos de un poder mayor. Es en la oración donde rendimos nuestras preocupaciones y vemos a Dios actuar en nuestra relación.
El romanticismo no es un sentimiento que aparece por arte de magia, es una elección diaria. Implica intencionalidad. Esto puede ser tan sencillo como un cumplido inesperado, una nota de amor, planear una "cita" regular (aunque sea en casa después de que los niños duermen), o servir a tu pareja de una manera que sepas que aprecian. Conózcanse mutuamente en sus lenguajes del amor y hablen esos lenguajes con regularidad. La risa y la diversión compartida también son vitales.
Las finanzas son una de las principales fuentes de conflicto. La clave es la transparencia y la unidad. Siéntense regularmente para discutir el presupuesto, las metas financieras y cómo ambos se sienten al respecto. No hay "mi dinero" o "tu dinero", es "nuestro dinero". Busquen estar de acuerdo en las decisiones importantes, orando juntos por sabiduría. La generosidad hacia el Reino de Dios también unifica y alinea sus corazones.
Es vital reconocer que las expectativas no verbalizadas son a menudo resentimientos pre-programados. Hablen abiertamente sobre sus sueños, frustraciones y expectativas. A veces, los sueños personales deben ser adaptados o pospuestos por el bien del matrimonio y la familia, pero nunca deben ser ignorados. Apóyense mutuamente en las aspiraciones del otro, celebrando los éxitos y consolándose en los reveses. Recuerden que ambos son parte del equipo de Dios.
El matrimonio es la primera institución que Dios creó. Establezcan límites saludables con las influencias externas. Esto no significa aislarse, sino proteger su unidad. Hablen como equipo sobre cómo manejarán las opiniones de familiares o amigos, y sean firmes pero amorosos en sus decisiones conjuntas. Con las redes sociales, establezcan reglas de uso para proteger su tiempo, su intimidad y su lealtad emocional el uno al otro. Su matrimonio es su prioridad.
Honrar a tu cónyuge significa mostrarle respeto profundo en todo momento, incluso cuando no estén de acuerdo. Significa hablar bien de ellos en público y en privado. Significa priorizar sus necesidades y sentimientos, y valorarlos como el regalo especial que Dios te ha dado. Es tratar a tu esposo/a como a Cristo trató a la iglesia: con amor abnegado y cuidado. Es un acto consciente de elevar su dignidad y valor.
Él es el centro, el fundamento y la fuente de todo. Reconocemos que sin Cristo, nuestro matrimonio es como una casa construida sobre arena. Lo mantenemos en el centro a través de la lectura diaria de Su Palabra, la oración constante, la adoración juntos y la obediencia a Sus mandamientos. Él es el pegamento que nos une y la brújula que nos guía. Cuando uno de nosotros se desvía, el otro lo anima a volver a Él.
La mayor bendición es experimentar el gozo, la paz y la plenitud que solo provienen de vivir en el diseño de Dios. Es ver cómo el amor se profundiza con cada año, cómo la amistad se fortalece y cómo ambos crecen más en el carácter de Cristo. Es tener un compañero de vida con quien compartir el propósito divino y juntos ser un testimonio vivo del amor de Dios al mundo. Es una unidad que refleja la relación de Cristo con Su iglesia, trayendo gloria a Él.
Este ejercicio está diseñado para ser realizado en pareja, en un ambiente de calma y apertura. Requiere vulnerabilidad, escucha activa y la disposición de edificar al otro, confiando en la guía del Espíritu Santo.
Objetivo: Profundizar en el autoconocimiento y el conocimiento del cónyuge, aprender a recibir y dar retroalimentación constructiva con amor, y afirmar las fortalezas que Dios ha puesto en cada uno.
Tiempo Sugerido: 30-45 minutos
Materiales: Lápiz y papel para cada uno (o una nota en el celular).
Pasos del Ejercicio:
Oración Inicial (5 minutos):
Comiencen con una oración juntos, pidiendo a Dios sabiduría, humildad y un corazón dispuesto a escuchar y a amar. Pidan que el Espíritu Santo les dé discernimiento y que Sus palabras sean de edificación.
Versículo Guía: "Por tanto, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Tesalonicenses+5%3A11&version=RVR1960)
Preparación Individual (10-15 minutos):
Cada uno, en silencio y por separado, va a escribir sobre dos cosas:
A. Un "Punto Ciego" (Área de Crecimiento): Piensen en una característica, hábito o actitud en sí mismos que creen que podrían mejorar, pero que a veces no perciben con claridad o les cuesta reconocer (un "punto ciego"). No tiene que ser un "pecado grave", puede ser algo pequeño que saben que afecta la relación o su propio bienestar espiritual. Sean honestos consigo mismos, pero no se juzguen duramente.
B. Una "Bendición que Aprecio" (Fortaleza de mi Cónyuge): Piensen en una cualidad o acción específica de su cónyuge que realmente aprecian y que es una bendición para ustedes o para otros. Sean específicos, no solo "eres amable", sino "aprecio tu paciencia cuando los niños están inquietos" o "tu habilidad para escucharme sin juzgar me edifica mucho".
Versículo Guía: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Salmo+139%3A23-24&version=RVR1960)
Compartir y Edificar (15-20 minutos):
Intercambio 1: El "Punto Ciego"
Uno de ustedes comienza compartiendo el "punto ciego" que identificó en sí mismo. Hablen de por qué creen que es un desafío y cómo les gustaría crecer en esa área.
El cónyuge que escucha, lo hace sin interrumpir, juzgar o dar soluciones inmediatas. Simplemente escucha con empatía y comprensión. Pueden afirmar el deseo de crecimiento de su pareja.
Luego, cambian de rol.
Intercambio 2: La "Bendición que Aprecio"
Ahora, cada uno comparte la "bendición que aprecia" en su cónyuge. Hablen de cómo esa cualidad o acción les impacta positivamente. Sean elogiosos y sinceros.
El cónyuge que recibe, escucha con un corazón abierto a la afirmación y la gratitud. Permitan que la bendición los edifique.
Luego, cambian de rol.
Versículo Guía: "Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Santiago+5%3A16&version=RVR1960)
Versículo Guía: "La palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!" (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Proverbios+15%3A23&version=RVR1960)
Oración Final y Compromiso (5 minutos):
Tomen de la mano y oren juntos.
Oren específicamente por el "punto ciego" que cada uno identificó, pidiendo a Dios gracia para crecer en esa área.
Den gracias a Dios por las bendiciones y cualidades que apreciaron en su cónyuge.
Comprométanse a seguir honrándose y edificándose mutuamente cada día.
Versículo Guía: "Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, así como también lo hacemos nosotros para con vosotros." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Tesalonicenses+3%3A12&version=RVR1960)
Consejos Adicionales para el Ejercicio:
Sin defensas: Este no es un momento para justificarse, defenderse o debatir. Es un momento para escuchar y procesar con humildad.
Enfoque en el "Yo": Al hablar del punto ciego, manténganse en primera persona ("Yo necesito trabajar en...", "Siento que a veces...").
Afirmación: Al dar la bendición, sean específicos y genuinos.
Regularidad: Consideren hacer este ejercicio (o una versión más corta) regularmente, quizás una vez al mes o cada pocos meses, para mantener la comunicación abierta y el crecimiento constante.
Este ejercicio está pensado para parejas que atraviesan un periodo difícil y buscan la sanidad y la restauración en su matrimonio a través de principios bíblicos. Requiere un compromiso con la honestidad, la humildad y el perdón. Realícenlo en un lugar tranquilo, sin interrupciones.
Objetivo: Identificar y expresar heridas, practicar el perdón bíblico, recordar el pacto matrimonial y reafirmar la esperanza y el propósito que Dios tiene para su unión.
Tiempo Sugerido: 60-90 minutos (o más, si es necesario).
Materiales: Lápiz y papel para cada uno, una Biblia abierta.
Pasos del Ejercicio:
Oración y Rendición (10-15 minutos):
Comiencen arrodillándose (o sentándose en una postura de humildad) y orando juntos. Reconozcan que solo la gracia de Dios puede sanar y restaurar. Pidan al Espíritu Santo que ablande sus corazones, les dé discernimiento para ver la verdad con amor y les conceda la fortaleza para perdonar y ser perdonados.
Entreguen a Dios cualquier resentimiento, dolor o amargura que puedan sentir.
Versículo Guía: "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Pedro+5%3A6-7&version=RVR1960)
Reflexión Individual: El Dolor y la Responsabilidad (15-20 minutos):
Cada uno, en silencio y por separado, va a escribir sobre dos puntos clave:
A. Heridas no Sanadas: Piensen en 1 o 2 momentos o patrones específicos en el matrimonio donde se sintieron profundamente heridos, decepcionados o abandonados por las acciones (o inacciones) de su cónyuge. Describan la situación y cómo les hizo sentir. Eviten el lenguaje acusatorio, enfóquense en "cómo me afectó a mí".
B. Mi Parte en el Conflicto: Piensen en 1 o 2 situaciones (relacionadas o no con las heridas anteriores) donde ustedes creen que contribuyeron al problema, al conflicto o a la distancia en la relación. Reconozcan su propia responsabilidad y cómo sus acciones o actitudes pudieron haber herido a su cónyuge o a la relación.
Versículo Guía: "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo+5%3A23-24&version=RVR1960)
Compartir, Escuchar y Confesar (20-30 minutos):
Paso 3.1: Expresar Heridas (Uno a la vez):
Uno comienza compartiendo las heridas que ha sentido (Punto A). Habla desde el "yo" ("Me sentí [emoción] cuando [situación]").
El cónyuge que escucha, solo escucha. No interrumpe, no defiende, no justifica. Su rol es validar el dolor de su pareja. Pueden decir: "Entiendo que te sentiste así y lamento mucho haber causado ese dolor."
Luego, el otro cónyuge comparte sus heridas y el primero escucha.
Paso 3.2: Confesar la Propia Parte (Uno a la vez):
Uno comparte su propia parte en el conflicto (Punto B). "Reconozco que mi actitud de [X] contribuyó a la situación y te pido perdón por ello."
El cónyuge que escucha, recibe la confesión con gracia.
Luego, cambian de rol.
Paso 3.3: Perdonar:
Después de la confesión, el cónyuge que escuchó, expresa perdón. "Te perdono por [lo que confesó]." Si hay dolor restante, pueden expresar: "Estoy trabajando para perdonar completamente, y confío en que Dios me ayudará a hacerlo." El perdón es una decisión de la voluntad.
Versículo Guía: "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Efesios+4%3A32&version=RVR1960)
Versículo Guía: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Juan+1%3A9&version=RVR1960)
Reafirmando el Propósito y la Esperanza (15-20 minutos):
Una vez que las confesiones y el perdón han sido expresados, lean juntos un pasaje bíblico sobre el propósito del matrimonio.
Pasaje Sugerido: Efesios 5:21-33 (enfocándose en el amor de Cristo por la iglesia y el respeto mutuo) o 1 Pedro 3:7.
Dialoguen sobre:
"¿Qué nos enseña este pasaje sobre el matrimonio que hemos olvidado o descuidado?"
"¿Cómo podemos, de ahora en adelante, reflejar el amor y el propósito de Dios en nuestra relación?"
"¿Qué podemos hacer, juntos, para reconstruir la confianza y profundizar nuestra conexión?"
Anoten 1 o 2 compromisos prácticos y realistas que ambos puedan asumir para avanzar en su relación.
Versículo Guía: "El amor nunca deja de ser..." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Corintios+13%3A8&version=RVR1960)
Versículo Guía: "Así también, los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Efesios+5%3A28-29&version=RVR1960)
Oración Final de Restauración y Alabanza (5-10 minutos):
Tomen de la mano nuevamente.
Oren juntos, agradeciendo a Dios por Su gracia y el poder del perdón. Pidan por la sanidad completa de las heridas y la restauración de la confianza.
Reafirmen su compromiso el uno con el otro y con Dios, pidiendo que Él use su matrimonio para Su gloria. Declaren juntos la esperanza que tienen en Cristo.
Versículo Guía: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Filipenses+4%3A13&version=RVR1960)
Versículo Guía: "Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." (Puedes buscarlo en https://www.biblegateway.com/passage/?search=Hebreos+11%3A1&version=RVR1960)
Consideraciones Cruciales para un Matrimonio en Crisis:
Busquen Ayuda Profesional: Este ejercicio es una herramienta de apoyo, pero no reemplaza la consejería matrimonial profesional o pastoral si las heridas son profundas o los patrones de conflicto están muy arraigados. Anímenlos a buscar un consejero cristiano calificado.
Gracia y Paciencia: La sanidad no es instantánea. Requiere gracia continua, paciencia y la dependencia diaria del Espíritu Santo.
Compromiso: Ambos deben estar dispuestos a trabajar en el matrimonio y a honrar su pacto delante de Dios.
Seguridad: Asegúrense de que ambos se sientan seguros para expresar sus sentimientos sin temor a ser juzgados o atacados. Si esto es un desafío, la presencia de un consejero externo es aún más vital.
©2025 Cru. todos los derechos reservados.