Mateo había llegado a Costa Rica, recién graduado de la universidad, confiándo en Dios que Él le iba a guiar a las personas que querían escuchar al evangelio.
Un día en la universidad, bajo un sol brillante, esuchando los perícos de Ciencias Sociales, Mateo se topó con Alfredo. Alfredo estaba solo, viendo su celular.
Durante la conversación, Alfredo pudo entender claramante lo que hizo Jesús por él en la cruz, y que él necesitaba poner su fe en Dios.
Usando las 4 leyes, Mateo llegó a la oración final, y habló sobre el hecho de que poner su fe en Dios es como montar un avión y confiar que el piloto va a llevarles a su destino sanos y salvos.
En este momento, escucharon un avión cerca y Alfredo dijo, "eso es confirmación de Dios que necesito tomar esta decisión para seguirle a Él."
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