Recuerdo el día como si fuera ayer. Era una estudiante de segundo año en la LSU y era un hermoso día de primavera. Después de las clases, salí de la casa de mi hermandad y di un paseo alrededor del lago que estaba justo al lado de la fila de las hermandades. Pero no llegué muy lejos; acabé sentada junto a un árbol.
Fue allí donde puse mi fe en Cristo.
Después de ese gran momento, regresé a la casa de mi hermandad y saqué un cuaderno amarillo. En él, describí lo que acababa de suceder en una carta a Dios. Ese momento me inculcó un hábito para toda la vida.
Este año, celebré mi 19º "cumpleaños de Jesús" el 15 de marzo, el día en que entregué mi vida a Cristo y puse mi fe en Él para que me rescatara de mis pecados.
Una de mis tradiciones cada año es escribir en un diario especial en el que solo escribo ese día. Al tener un libro de "instantáneas", me permite mirar hacia atrás en mi camino con el Señor de una manera única.
Me ayuda a ver las formas en que el Espíritu de Dios en mí está produciendo un crecimiento en el tiempo.
Llevar un diario se ha convertido en una de las formas en que mejor me conecto con Dios. El diario me ayuda a perseverar en el viaje que estoy haciendo con Cristo y también me ayuda a abrirme a Dios. Me ayuda a ser más honesta con Dios y conmigo misma.
Escribir un diario me ayuda a escuchar a Dios y a responderle. Me obliga a ir más despacio y me ayuda a procesar lo que sucede dentro de mi pequeña mente analítica.
Me ayuda a prestar atención a Dios.
Escribir un diario me ayuda a escuchar a Dios y a responderle. Me obliga a ir más despacio y me ayuda a procesar lo que sucede dentro de mi pequeña mente analítica.
Me gusta escribir en mi diario con bolígrafos de diferentes colores. A veces escribo en un color y luego escribo lo que siento que Dios me está guiando a hacer o me está diciendo en un color de tinta diferente. Esto me obliga a ESCUCHAR.
También escribo en tinta roja cuando estoy enfadada o frustrada con Dios, eso me permite mirar rápidamente hacia atrás en mi diario y ver lo ridícula que estaba siendo o cómo Dios se me mostró en medio de mis frustraciones y llevándolas a Él.
Quizá sepas que sientes algo pero no sabes por qué. Cuando empiezas a escribir a Dios, a menudo llegas al por qué de esos sentimientos. O tal vez estás pensando algo pero si alguien te preguntara cómo te hace sentir eso, no sabrías responder.
He descubierto que escribir un diario ayuda a que mis sentimientos salgan a la superficie cuando pongo mis palabras en la página. Un ejemplo personal de esto fue que después de organizar una fiesta de compromiso para mi mejor amiga, mis pensamientos estaban por todas partes. Cuando empecé a escribir en mi diario los pensamientos a Dios esa noche después de la fiesta, me di cuenta de que lo que estaba sintiendo era tristeza por la pérdida de mi amiga al mudarse a otro estado y al equipo de trabajo.
Saber que eso es lo que estaba sintiendo me permitió pedirle a Dios que me encontrara en esa tristeza. Escribir un diario también puede ayudarme a ganar perspectiva y esperanza o a combatir al enemigo.
El diario también puede ser un registro escrito de las cosas que estoy aprendiendo de la Palabra de Dios. Cuando miro hacia atrás en mi diario y veo las oraciones que he hecho y las comparo con mi realidad actual, a menudo doy gracias a Dios por el crecimiento que ha producido en mí.
Ver eso me hace querer traer cosas a Dios y pedirle que me cambie porque veo las formas principales en que Él ha hecho eso en mi pasado.
¡Encuentra un diario que te guste! Mis favoritos son los diarios que NO tienen líneas para poder escribir en grande o dibujar.
Sé tú mismo. Cuando escribes en tu diario, no hay razón para sentir miedo, o ansiedad por el desempeño, puedes ser completamente honesto en tus pensamientos, preguntas y emociones. No necesitas contenerte ante Dios, Él ya sabe lo que hay en tu corazón y en tu cabeza, y te ama apasionadamente. A Él no le importa la caligrafía o la gramática.
Siéntete libre de dibujar. Dibujar puede ayudarte a ver las emociones que te resultan más difíciles de comunicar con palabras. Lo importante es el proceso de escribir el diario. Puede que empieces en una dirección y que Él te cambie a otra. Deja que Dios agite tu corazón mientras lo derramas hacia Él.
Si no has intentado escribir un diario, inténtalo hoy. Tal vez ayude a tu corazón a conectarse más profundamente con el Dios que te ama mucho más de lo que crees. Ciertamente no me di cuenta aquel día de primavera, cuando escribí mis pensamientos a Dios, que escribirle sería una de las formas en que mi corazón se conectaría mejor con mi Salvador.
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