Estudio Bíblico & Discipulado

Las Personas Correctas para El Discipulado

¿A quién debería discipular? ¿En quién debería invertir mi vida? La realidad es que no puedes discipular a nadie. Eres estudiante a tiempo completo. Siendo realistas, como estudiante a tiempo completo, puedes discipular a dos o tres personas. Jesús no discipuló a todos y nosotros tampoco, por eso necesitamos elegir sabiamente. La decisión más importante que haces al comienzo de cada año ministerial será en qué individuos inviertes tu vida. Hablemos sobre el por qué debemos escoger sabiamente y, luego, cómo hacerlo.

¿Por qué Escoger Sabiamente? 

En el capítulo 6 de Lucas, observa cómo Cristo eligió sus discípulos y el hecho de que Él no discípulo a todos. Lucas 6:12 dice: “Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.” El texto no dice lo que Jesús oró. Sin embargo Él pasó toda la noche en oración a Dios. Tienes que preguntarte si, al menos, parte del tiempo transcurrió comunicándose con el Padre sobre los hombre sobre los cuales edificaría el Reino. ¿Por qué?, ver el versículo 13: “Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles.” Aquí puedes ver sus nombres: Simón, Andrés, Felipe y Bartolomé y todos los demás. Él eligió doce discípulos. Ahora observa desde el versículo 17 al 19:

“Luego bajó con ellos y se detuvo en un llano. Había allí una gran multitud de sus discípulos y mucha gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón, que habían llegado para oírlo y para que los sanara de sus enfer medades. Los que eran atormentados por espíritus malignos quedaban liberados; así que toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía poder que sanaba a todos. “

Cuando El bajó con los doce, había una gran multitud de sus discípulos, unos que querían ser sus seguidores, otros estaban ansiosos por aprender de Jesús. Jesús tenía muchas personas de donde Él pudo haber escogido. Sin em bargo, Él sólo eligió doce. ¿Amó a las demás personas? ¿Se preocupaba de sus necesidades? ¿Tenía compasión? Por supuesto que tenía, pero también sabía aún como el mismo Hijo de Dios, que Él no podía hacer lo que nosotros no podemos hacer. Él no podía invertir Su vida completamente en cientos de personas, aun cuando Él era Dios hecho carne. Él también estaba limitado al ser hombre. Era hombre y Dios a la vez. Estaba limitado en tiempo, espacio y en la cantidad de personas con las que pudo compartir. Fue así como Jesús eligió doce.

¿Por qué? Cinco Razones para Elegir Sabiamente

1. Puedes discipular solamente unos pocos: Como estudiante, simplemente no es posible involucrarse en profundidad en las vidas de diez o quince personas. No puedes hacerlo. No puedes invertir emocionalmente. No tienes tanto tiempo para compartir con tantas personas. Pueden venir doce personas a tu estudio bíblico y pasar el rato. Sin embargo, no puedes preocuparte por cada uno de ellos y al mismo tiempo ser un estudiante de tiempo completo.

2. Es lo que hizo Jesús: Jesús invirtió en unos cuantos. Aprendemos de Él porque Él es el Maestro.

3. No todos quieren ser discipulados por Cruzada Estudiantil: Esta es la realidad, hay muchos estudiantes en la universidad. No todos quieren ser discipulados. Además, Dios no llamó a Cruzada Estudiantil a discipular a todo el mundo. Hay otros buenos ministerios en la universidad y no podemos discipular a todos. Trabajaremos con las personas que quieren ser parte de lo que hacemos y donde Dios nos ha llamado a ir.

4. No todos quieren tener un discipulado bíblico: Hay creyentes en la universidad que no quieren que nadie los discipule. Estos creyentes se encuentran en un punto de sus vidas donde, francamente, Jesús no es el Señor de sus vidas, ni su amor número uno o su pasión más intensa. Puede haber otros compromisos o prioridades. Hay otros cristianos para quienes su novio o novia se convierten en el señor de sus vidas. Para algunos cristianos su promedio de notas o su currículum tienen mayor prioridad que ser un discípulo bíblico.

Algunos saben que ser un significa morir a uno mismo, reevaluar las prioridades, entregar a Jesús nuestras actividades diarias para que tengan el orden que corresponde, Su orden. Algunos creyentes no quieren tener un discipulado bíblico, no están dispuestos a pagar el precio. No están dispuestos a calcular el costo. Por esa razón es que debemos escoger con sabiduría.

5. La clave es el impacto a largo plazo: Si vas a invertir tu vida en alguien, si vas a impartir lo que Dios ha puesto en tu vida, si vas a confiarles lo que Dios te ha enseñado ¿No quieres saber que ellos van a considerar lo que les enseñas y que van a ser fieles con ello algún día, que van a usar lo que les entregas, en lugar de encerrarlo y dejar que se desperdicie? Este principio debería informar todas las decisiones de discipulado que hagas en los años siguientes. No tenemos garantías para nadie, sin importar lo prometedor que pueda parecer alguien en este momento, podría decidir no caminar con Dios más adelante. Podría no tener el impacto a largo plazo que esperá bamos. Sin embargo, al escoger discípulos bíblicos con sabiduría, nuestro movimiento reproducirá líderes que, a su vez, impactarán a otros.

¿Cómo? Cuatro Formas de Escoger con Sabiduría

1. Observa con cuidado a potenciales discípulos. Haz preguntas sobre alguien en quien tú piensas te gustaría invertir tu vida. Hay muchos elementos a considerar:

a. ¿Tienen un corazón para Dios? ¿Demuestran el anhelo de crecer? ¿Están leyendo las Palabra? ¿Están teniendo tiempos con Dios y mostrando el deseo de conocer a Dios? ¿Te hacen preguntas sobre su propio caminar, crecimiento y sobre el Señor? ¿Están lidiando con el pecado en sus vidas que les revela el Espíritu Santo? ¿Aprovechan las oportunidades para crecer?

b. ¿Son FDE? (Fieles, Disponibles, Enseñables)

i. Fieles: ¿Terminan los procesos cuando los comienzan? ¿Asisten a estudios bíblicos de manera consistente? ¿Quieren ser parte del cuerpo?

ii. Disponible: ¿Disponen de tiempo para reunirse? Si eres tú quien propicia el reunirse y ellos están siempre demasiado ocupados con otras reuniones, va a ser muy difícil discipularlos .

iii. Enseñables: Puedes saber si alguien es enseñable por la manera en que responde a lo que intentas enseñarle. Si obtienes una respuesta similar a: “Ah, sí, había oído eso antes,” “Conozco eso,” o “Ya me enseñaron eso antes.” Esta persona puede no ser enseñable. Una de las decepciones más grandes del discipulado ocurre cuando trabajas con alguien que piensa que lo tiene todo resuelto.

c. ¿Son social y emocionalmente maduros? Todas las personas tienen problemas. Lidiamos con situaciones y no estás en busca de una persona perfecta que no tenga problemas. Madurez emocional quiere decir que el discípulo reconoce que tiene problemas, pero estás creciendo en sus habilidades para confiaren Jesús con aquellos  problemas y se está involucrando en el cuerpo de vida para así seguir funcionando y creciendo. A veces, vas a conocer a alguien cuyas necesidades son tan profundas que no se sienten con la libertad necesaria para relacionarse con otra persona. Algunas personas podrían requerir asistencia profesional para ayudarles en los asuntos de su vida. En 2 Timoteo 2:2, Pablo le dice a Timoteo: “Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros. " Fijate en las cuatro generaciones de multiplicación espirtiual: Pablo a Timoteo, Timoteo a hombres fieles que enseñaran a otros. La implicación de Pablo es que Timoteo debería enseñar a personas que tienen la habilidad de enseñar a otros. Pregúntate si esta persona puede relacionarse lo suficiente con los demás para que las personas quieran seguirlos.

d. ¿Irán donde Dios nos ha llamado que vayamos? Como movimiento universitario queremos enseñarles a las personas a caminar, a comunicarse y a multiplicar su fe. Queremos desarrollar a las personas, pero si no quieren vivir esta experiencia, no es tu función obligarlos. No es necesario discipular a alguien que no tiene pasión por el trabajo que realizamos.

2. Establece una visión para el llamado de Dios con el discipulado bíblico. Siéntate con la persona que has estado observando y dile: “En esta dirección vamos. Estamos muy comprometidos con el discipulado bíblico. Queremos enseñar a las personas a caminar, a comunicarse y a multiplicar su fe.” Establece una visión para que puedas invitar a esta persona a caminar contigo hacia el discipulado bíblico. Los estás invitando a venir hacia donde tú te diriges. Considera la línea de tiempo de la universidad, todo lo que queremos edificar en la vida de un discípulo durante estos cuatro años involucra equiparlos para que sean discípulos bíblicos durante los siguientes cincuenta años de sus vidas. Sin importar cuál es su llamado vocacional o si se encuentran en algún ministerio, queremos que caminen, que se comuniquen y multipliquen su fe por el resto de sus vidas. Si son paisajistas, ¿No te encantaría que supieran cómo guiar a otros paisajistas a Cristo?

3. Expone el costo del discipulado. Si estás estableciendo una visión que vale la pena, tendrás que explicar lo que significa trabajar en ella. Podrías decir: "Me gustaría pedirte que te comprometieras a asistir al estudio bíblico cada semana, no sólo cuando éste se ajuste a tu horario.” Desafía a esta persona a ser discipulada por ti. Tú vas a hacer un compromiso con su vida, así que pídele un compromiso recíproco, que venga a un estudio bíblico, que se reúna individualmente para el discipulado y que asista a las reuniones semanales para que sea parte de un gran cuerpo de creyentes. Expone que esta es la visión, esto es lo que va a significar estar en ella, y este es un compromiso mutuo que tu estás haciendo con su desarrollo espiritual. En Lucas 14: 25-35, Jesús alienta a los creyentes para calcular el costo antes de comprometerse.

4. Pídele a la persona que decida a través de la oración si se encuentra en el camino correcto. Motívalo a que se haga las siguientes preguntas: ¿Estoy dispuesto a calcular el costo? ¿Estoy dispuesto a comprometerme? De este modo, no los estás seleccionando; no estás determinando si son dignos de ser discipulados. Estás exponiendo la visión y no estás diciéndoles:

“¿Este es el camino que quieren seguir?” Ellos pueden decidir, “sí, eso es lo que quiero,” o “No, en realidad, no quiero hacer eso. Preferiría ocupar mi vida en algo diferente.” Puedes seleccionar con quien quieras trabajar basado en tus observaciones sobre esa persona, sin embargo, ellos toman la decisión. Depende de ellos calcular el costo y responder: “Sí, quiero ser parte de ello.”

Finalmente, cuando comiences un estudio bíblico por primera vez, entiende que habrá personas que son nuevas en la fe y que podrían no tener aquellas cualidades que buscamos en un potencial discípulo. Podrían no ser enseñables, podrían no asistir cada semana. Date cuenta de que todavía podrían no estár ahí. No estás desafiando a todo el grupo al discipulado. Comienza con un número grande de posibles personas, de seis a ocho discípulos potenciales. Durante este tiempo, podrás discernir cuál de ellos en realidad tiene un corazón para convertirse en un discípulo bíblico y si tienen cualidades que te motiven a invertir en ellos. Entonces, asignales un desafío específico. Puedes quedar con tres discípulos fieles, pero si son escogidos con sabiduría, se multiplicarán e impactarán la eternidad.

 

Extracto de la brújula, material de discipulado.

©1994-2020 Cru. All Rights Reserved.