Adviento

Día #20

Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina. (1 Corintios 12: 4-11, NVI)

¿Lees este pasaje y te preguntas si realmente tienes algún don especial que Dios te haya confiado para mostrar Su amor y cuidado?

A veces me siento así. Cuando lo hago, miro a Jesús. Cuando vino como un bebé, se puso en un cuerpo humano como el tuyo y el mío.

Este año, tal vez te hayas dado cuenta de tu necesidad humana de conexión física y de la presencia de otros. Para mí, internet fue un salvavidas para quedarse conectado. Pero a veces, también fue un frustrante recordatorio de lo que faltaba. Puede robar nuestro sentido de los dones que Dios nos ha dado “en la vida real.”

No me malinterpretes, me encanta poder encontrar una canción o un podcast cuando quiera. Pero tengo que tener cuidado porque Internet también me deja pensando que no tengo nada para contribuir a esta riqueza de ideas. Comparado con que hay ahí fuera, puedo sentirme mediocre.

Lo que olvido es que Dios no nos llama a ser voces incorpóreas en línea. Dios te dio un cuerpo y te llama a estar físicamente presente en el círculo de las personas que puso en tu vida. Puedes confiar que Él te dio todo lo que necesitas para mostrar su amor sin fin a esas personas justo donde estás.

Tu cuerpo y tus habilidades pueden limitarte de alguna manera, pero tu presencia física es tan maravillosa que Jesús se hizo humano para estar cara a cara contigo. Y esa presencia es solo un regalo que tienes que dar al mundo.

Ora y Reflexiona

¿Quién en tu vida podría usar el regalo de tu físico? ¿Presencia? ¿A quién puedes escuchar, sentarte y recordarles que son amados? Ora para que Dios te use tal como estás esta semana.

Joanna Wilson trabaja como escritora para Cru® en Portland, Oregon. Disfruta del té caliente, los días de lluvia y los libros gordos. Ella es apasionada de encontrar buenas historias sobre cómo las personas experimentan la experiencia de Dios amando y compartiendo con los demás.

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